sábado, 31 de octubre de 2009

Dos años de pedal y asfalto

Más o menos por estas fechas, hace dos años, tomé una determinación cuyas consecuencias han acabado influyendo mucho en mi vida diaria. Desde hace dos años soy un ciclista urbano.


En realidad mi relación con la bicicleta se remonta a muchos años más atrás, incluso en territorio urbano, pero no es hasta, como digo, hace dos años, cuando empecé a usar la bici de una forma distinta. Fue el momento en que retomé su uso después de haberme sacado el carnet del coche y empecé a usarla "bien" tomándome mucho más en serio el no usar las aceras para circular, siendo consciente de la importancia de las luces de posición de noche, etc... en definitiva llevo usando muchos, muchos años la bicicleta, pero sólo desde hace dos años me siento como bici como un vehículo más.

A principios de 2007 ya me entró el gusanillo de pensar: ¿y por qué no?. A final de año ya me lo planteé seriamente sopesando los pros y los contras.

Realmente, todo este tiempo ha transcurrido sin darme cuenta, yo diría que no hace tanto, pero sí, me he acostumbrado demasiado rápido a usar mi coche sólo cuando es realmente necesario, a estar en forma, a tardar poco en llegar al trabajo, a disfrutar del trayecto y a llegar de buen humor a mis destinos. Sin duda, mi cuerpo y mi bolsillo me están muy agradecidos.

Realmente incluso ahora no me considero anti-coche. El coche, mal que nos pese, es totalmente necesario para muchas cosas. El problema suele estar en pensar siempre en blanco o en negro, sin dilucidar que algunas cosas pueden ser relativas y que sólo con el pequeño gesto de usar racionalmente los recursos que tenemos, sin abusar ni prescindir, conseguiremos un impacto positivo tremendo, tanto en nosotros mismos como en nuestro entorno.

Todo este tiempo también me ha servido para desterrar algunos mitos sobre el uso de la bici como medio de transporte, y a descubrir problemas importantes que son poco tratados. Por poner un ejemplo, el tema de la seguridad es bastante relativo.

Por ejemplo, durante estos dos años de uso casi diario de la bicicleta (unos 16km diarios de ciudad) no he sufrido ningún accidente ni amago de tal. Sí he sufrido "sustos", pero en cualquier caso no más que usando mi coche. Aquí el paradigma es la velocidad y la visibilidad. Mucha gente se queja de la seguridad de una bicicleta frente a ir "enlatado" en un coche, pero pasamos por alto a las cientos de personas que sacan su moto a diario de su garaje, y ellos están en las mismas condiciones (o peor, porque circulan más rápido).

Para mí, el verdadero inconveniente de circular en bici por la ciudad, por encima de los tópicos (seguridad, visibilidad, etc...) es sin duda el irrespirable humo de los coches: hay pocas cosas más agobiantes que ir detrás de un vehículo (sobre todo los de gasoil) o una moto de 50cc (imagino que porque no deben usar catalizador). Y aun así compensa, desde luego, pero a nadie le gusta usar saludablemente su bicicleta mientras respira una nube tóxica de metales pesados en suspensión.

El segundo gran problema para mí son las puertas de los coches. Realmente no he tenido grandes sustos en ese sentido, pero sólo imaginarme que alguna vez un despistado (o descuidado sin escrúpulos) tenga la feliz idea de abrir su puerta justo cuando paso a su lado... se me pone el corazón en un puño. Aunque ésto, por otro lado, tiene una fácil solución: muchísima precaución, mucha observación y circular alejado de las puertas mientras sea posible.

Así que desde mi humilde experiencia mi gran conclusión es que no hay que defender "el coche para todo" ni "la bici para todo" simplemente la clave es usar racionalmente, buscar el equilibrio ideal entre comodidad y sedentarismo.

Otra conclusión es que en ciudad (en casco urbano) no tiene sentido hacer carriles para bici salvo en las grandes avenidas donde los coches alcanzan velocidades peligrosas. La verdadera solución para mí es pacificar el tráfico en las grandes vías, y restringirlo en el casco urbano más cerrado. Hago hincapié en que cuando digo restringir no digo peatonalizar, sino sólamente permitir el acceso a bicicletas, peatones, residentes, policía, ambulancias y profesionales (transporte de mercancías, taxi, etc...).

Otra cosa que me ha ocurrido este tiempo es que he dejado de ir a las masas críticas, porque aunque no me he vuelto en contra de celebrarlas, pienso que la verdadera masa crítica se hace todos los días, dejándote ver con tu bici por la ciudad, "creando moda" y demostrando que usar la bici para moverse es lo más normal del mundo. Una masa crítica puede ser un toque de atención interesante, pero creo que es aún más influyente ver constantemente ciclistas circulando por nuestras ciudades todos los días y crear poco a poco una imagen de normalidad.

Anda que no cambiarían nuestras ciudades cambiando sólo un poquito la forma de pensar. Porque las ciudades no se cambian a golpe de excavadora construyendo carriles bici; ese cambio empieza en la mentalidad, en la cabeza de los ciclistas, peatones y conductores, que... mal que nos pese, tenemos que compartir la ciudad, nuestra ciudad.

Escrito por "Membris Khan" en Giingo.org (Para ver la entrada original -> http://giingo.org/index.php?post/2009/10/14/Dos-a%C3%B1os-de-pedal-y-asfalto )

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