jueves, 14 de enero de 2010

Mi experiencia como ciclista sobre la nieve

Hoy a pesar de que toda la calzada estaba blanca, como era muy temprano y no
circulaban casi coches me he decidido a probar. Vivo en una calle bastante
empinada (Cavanilles) y he subido la cuesta sin problemas. De haberlos tenido me
hubiera dado la vuelta y... al metro, pero como he subido bien he decidido hacer
mi trayecto habitual hasta el trabajo. Ha sido alentador encontrar huellas de
otras bicicletas por Torpedero de Tucumán.

La adherencia de la bici, sobre nieve, hielo, etc. es superior a la que nos
imaginamos o por lo menos a la que me imaginaba yo antes de experimentarlo. Esa
adherencia es mayor que a pié, creo que debido a que la bicicleta se desplaza
con un movimiento que puede llegar a ser uniforme y rectilíneo. ¡¡Que
maravilla!! ser capaz de transformar un movimiento alternativo, de impulsos, en
un elegante deslizarse.

Mi experiencia al respecto, dado que soy un ciclista urbano de Madrid donde
rara vez nieva, es corta aunque de la nevada del invierno pasado y de la de hoy
he aprendido algunas cosas que paso a resumir por si son del interés de alguien.

Las cubiertas son un factor a tener en cuenta a la hora de circular por nieve.
Yo uso unas casi lisas las Schwalbe Marathon Supreme
http://www.schwalbe.com/gbl/en/produkte/tour_city/produkt/?ID_Produktgruppe=36&I\
D_Produkt=131. Supongo que con unas de tacos (no digo ya de clavos) se circulará
mejor.

La clave para no caerse es circular despacio, no hacer movimientos bruscos,
frenar y acelerar muy suavemente, no inclinar en las curvas, etc. Es decir como
si circuláramos sobre una capa de hielo.

Hay muchos tipos de nieve pero inicialmente se pueden resumir en dos, nieve sin
pisar y nieve pisada.

La nieve sin pisar es rara en una ciudad pero si se madruga se la puede uno
encontrar. Si es nieve recién caída estará todavía blanda y si no es de mucho
espesor se puede circular en bici sobre ella. La única limitación es la de la
resistencia que ofrece a que la rueda delantera abra huella. Cuanto mayor
espesor de la capa de nieve, más empuje necesitaremos para abrir la huella.
También influye en esto la anchura del neumático creo que cuanto más estrecho
mejor. Si dicha resistencia es inferior al empuje que realiza la rueda de atrás
a través de su adherencia con el suelo entonces podremos avanzar, sino no. La
adherencia de la rueda aumenta si aplicamos la fuerza sobre los pedales
suavemente y disminuye si aplicamos demasiada fuerza haciéndola patinar. Si la
nieve tiene una costra más dura por encima será necesaria más fuerza para abrir
la huella y necesitaremos más adherencia de la rueda trasera.

Por lo general, con mis ruedas, y si el espesor de la nieve es inferior a unos
6cm circulo sin muchos problemas. De 6 a 15cm de espesor ya empieza a patinar la
rueda de atrás y a partir de ahí... andando con la bici de la mano.

La nieve pisada ofrece mucha menos resistencia al avance, pero es más
resbaladiza. Si es blanca conserva una adherencia aceptable. La más resbaladiza
es la nieve pisada negra. Este tipo de nieve se da cuando el espesor inicial es
pequeño, se ha fundido por la presión de las ruedas de los coches y se ha vuelto
a helar por las bajas temperaturas. En realidad no es negra, es transparente
porque es hielo y parece negra por el color del asfalto. No confundir este tipo
de nieve con otra, medio fundida y con aspecto de "granizado de tinta de
calamar" que no es otra cosa que nieve sucia y que si no es muy gruesa no da
ningún problema porque la rueda llega generalmente a tocar el asfalto.

Ni que decir tiene que la realidad es mucho más compleja. En pocos metros nos
podemos encontrar de todo. Incluso a la vez. Rodadas de nieve pisada de color
cambiante junto a nieve sin pisar y "granizado de tinta de calamar". En este
caso, si el espesor de la nieve sin pisar no es excesivo se circula mejor por
fuera de las rodadas entre otras cosas porque, si circulamos por estas, nos
podremos caer al tropezar con las paredes.

Otra posibilidad, sobre todo en parques, es encontrarse con nieve pisada pero
por peatones. Si se ha helado, cada una de esas huellas es un bachecito y es
delicado andar dando saltitos, sobre una superficie helada...

Supongo que si llega a leer esto algún ciclista, alemán, danés, sueco, polaco,
etc. sonreirá condescendientemente, forma parte de su día a día casi todo el
invierno, pero estoy seguro que muchos de vosotros habéis dejado hoy vuestras
bicis en casa (lo mismo que hice yo en la nevada de diciembre) y ahora por la
tarde/noche estaréis arrepentidos.

Moraleja, el próximo día que nieve no te lo pienses...

Roberto Fernández
http://robertofernandezblog.blogspot.com/

Escrito por Roberto Fernández en la lista de BiciCrítica(Para ver la entrada original -> http://es.groups.yahoo.com/group/BiciCritica/message/25378)