Ayer asistimos por primera vez a la Masa Crítica de Alcalá de Henares. Y para ir hasta allí desde Azuqueca lo hicimos en tren.
Fue toda una aventura, una lucha en la jungla renfera.
Primero, como llegaba nuestro tren pasamos de utilizar la máquina y fuimos a que nos diera los billetes el señor de la taquilla (que para eso está). El señor que vende los billetes en ventanilla nos miró mal por llevar las bicis, puso esa típica cara de cuando nos miran como si fueramos bichos raros y esa expresión de "lo estais flipando por llevar las bicis en el tren". Al menos, un poco a las malas, fue amable y nos abrió la puerta sin que tuvieramos que pasar el billete por el torniqiete uno a uno (que eramos tres).
Otro punto menos para Renfe, que ya podía enseñar a sus empleados a ser un poquito mas amables con los viajeros (que son clientes, y sin clientes no hay dinero, con lo cual no hay puesto de trabajo).
Lo segundo es que nos tocó un tren de dos plantas, y claro está... en un tren de dos plantas ¿dónde metes las bicicletas? Pues no nos quedó mas remedio que quedarnos en el descansillo de las puertas, y menos mal que nos bajabamos en Alcalá, porque es a partir de ahí donde suele montar mas cantidad de gente en el tren y no me quiero imaginar el caos que hubiera supuesto tener tres bicis ahí con el subir y bajar de tanta afluencia de viajeros.
Otro punto menos para Renfe por no tener una zona en la que poder dejar las bicicletas sin molestar al resto de usuarios.
Lo tercero, las preciosas escaleras que hay para pasar bajo las vías y cruzar de un andén a otro. Bajamos del tren y no quedó otra que cargar con la bicicleta en brazos para bajar y subir las escaleras.
Otro punto menos para Renfe por no tener habilitada unas rampas para facilitarnos el uso a las bicicletas y a las madres con los carritos del niño.
Cuarto punto, y este ya fue el que hizo que terminase de enfadarme de verdad. Llegamos a la estación de Alcalá, después de haber tenido que cargar las bicicletas a falta de rampas, nos encontramos con los maravillosos torniquetes. Bien, la cuestión es que una bicicleta no entra por uno de esos torniquetes, y el de ancho especial solo se abre desde la ventanilla, y en la ventanilla hay solo un operario, y el operario tiene una fila de gente de 10 personas esperando para comprar sus billetes y claro está no nos iba a hacer ni caso a tres locos con la bicicleta en el tren para abrirnos el torniquete de ancho especial para que pudieramos salir.
Tuvimos que ingeniarnoslas levantando las bicis por encima de los torniquetes y pasando como pudieramos haciendo unos malavarimos y equilibrismos de circo.
Otro punto menos para Renfe por no tener mas torniquetes de ancho especial para salir y entrar de las estaciones.
A la vuelta fue otro tanto, solo que por la hora que era tenian todos los torniquetes abiertos, pero aun así nos tocó otra vez jugar al circo para subir y bajar las escaleras que dan acceso al andén del que salía nuestro tren. Y en Azuqueca de Henares nuevamente el rollo con las escaleras, porque tampoco hay rampas.
Lo mas triste de todo es que la gente ve como normal que se tengan que hacer estas pirulas con la bicicleta para poder llevarla en el tren, cuando lo normal sería que hubiera rampas de acceso en los andenes y mas cantidad de torniquetes de ancho especial (no hablemos ya de quitar directamente los torniquetes porque esto si que sería el cachondeo total). Y que en los trenes hubiese una zona para viajar con la bici sin molestar al resto.
Y de este modo queremos llamar España pais desarrollado, de esta manera queremos creer que España puede pertenecer sin problemas a la Comunidad Europea.
Ladrón de corazones
Hace 2 meses